Me llamo Maria Dolores, tengo 37 años.

Actualmente estoy en formación de psicología, soy experta coach en todas sus especialidades, titulada en intervención de drogodependencia y titulada en diseño, gestión y planificación de proyectos sociales.

La enfermedad de la adicción lleva en mi vida desde hace varias generacione ( ya sea por familiares, amigos, conocidos...) pues en nuestra sociedad, nada más nacer ya se está celebrando con alcohol (es una droga legal).

Aprendí a normalizar que toda la diversión estaba relacionada con la bebida, las fiestas, los bares, etc, al igual que hoy enseñamos consciente o inconsciente que todo está relacionado con una pantalla) todo esto me condujo a repetir patrones a la hora de relacionarme socialmente.

Quise ser el salvavidas de cuanta persona con problemas me cruzaba en mi camino, adicción o no, olvidandome de mí. Hasta que un día me cansé, me agoté, me quedé sin fuerzas, era imcapaz de gestionar mis emociones. Empecé a estudiar, a buscar información y poco a poco me adentré en el increíble mundo que tenemos dentro de nosotros. Ahí descubrí que la adicción bien sea a sustancias o a comportamientos es la enfermedad de las emociones, de la frustración, de las creencias, de los patrones repetidos de generación en generación, por supuesto esta enfermedad también tiene su parte fisiológica.

Un día cualquiera cansada de mi misma, decidí enfrentarme a lo que me pasaba, toqué la puerta de la consulta de una psicóloga "MI PSICÓLOGA" que con paciencia y cariño me ayudó a comprender que la vida no es blanco y negro, hay grises 🩶. También aprendí que lo que ayer me era válido hoy ya no me sirve o si, que todo lo que lo que no me gustaba de mi o de mi alrededor lo podía cambiar. Aprendí que no tengo porqué ser la misma persona que el año pasado o hace 10 años. No tengo que ser perfecta, ni buena persona, ni un ejemplo a seguir, tengo que ser yo ( la necesidad de encajar con lo que los demás esperen de tí, tiene un importante peso en el desarrollo de la adicción en algunas personas).

 Emprendí un camino de sanación personal, de soltar lo que no es mío y lo que no está en mis manos, dejé de arreglar lo que yo no había roto. Sigo ayudando sí , pero desde la conciencia, priorizandome y entendiendo que, solucionar los problemas de los demás no ayuda a nadie. En lugar de eso, ahora acompaño a personas que quieren aprender a gestionarse, a solucionar sus problemas, a recuperar sus vidas.

Y un día decidí hacer limonada con los limones que me ofrecía la vida y así acabé creando NESFA. Si vivimos en una sociedad que nos empuja al consumismo de cualquier tipo, es hora de que empecemos a hacerle frente.