La Culpa

Publicado el 10 de octubre de 2025, 10:08

La Culpabilidad: Una Emoción Profunda

El sentimiento de culpa es una emoción compleja y a menudo dolorosa que surge de la creencia, real o imaginaria, de haber cometido una falta o un error que ha causado daño. Se centra en el comportamiento ("Hice algo malo") y genera remordimiento o arrepentimiento.

Cuando se vuelve crónico o desproporcionado, puede ser paralizante. La culpa nos lleva a la autocrítica, la necesidad de castigo o de reparación, y puede afectar seriamente la autoestima y la salud mental, especialmente en contextos de crisis prolongada como es la adicción de un ser querido.

 

¿Por qué las familias de personas adictas se sienten culpables?

La adicción es una enfermedad crónica que afecta a todo el sistema familiar, no solo a la persona que consume. El entorno familiar suele experimentar una variedad de emociones intensas como impotencia, frustración, tristeza, y la omnipresente culpa. Este sentimiento en los familiares surge de varias fuentes:

1. La Búsqueda de un Responsable.

Ante la devastación y el caos que genera la adicción, el ser humano tiene una tendencia natural a buscar una causa o un responsable para recuperar el sentido de control. Los familiares suelen volcar esa búsqueda hacia sí mismos, cuestionándose:

"¿Qué hice mal?": Piensan que una mala crianza, la falta de límites o, por el contrario, la excesiva indulgencia fueron el detonante.

"¿Debí haber hecho algo más?": Se preguntan si no vieron las señales a tiempo o si su esfuerzo por "ayudar" no fue suficiente, sintiéndose culpables por no haber podido detener la adicción o evitar la recaída.

2. La Codependencia y el Intento de Control.

Muchas veces, los familiares desarrollan la codependencia (o coadicción), un patrón de conducta donde se enfocan obsesivamente en controlar o rescatar a la persona adicta, descuidando sus propias vidas. Cuando la adicción avanza a pesar de sus sacrificios, el sentimiento de culpa se intensifica:

Fracaso del rescate: Sienten que han fallado en su "misión" de curar o salvar a la persona que sufre la adicción, asumiendo una responsabilidad que les supera, pues la adicción no es algo que la familia pueda curar.

Límites y Enfrentamiento: Poner límites saludables o negarse a encubrir el comportamiento de una persona que padece está enfermedad a menudo genera culpa, pues temen que esa acción pueda empujar al ser querido a un peor estado o a abandonarlos.

3. El Estigma Social y la Vergüenza.

La adicción todavía conlleva un fuerte estigma social. Las familias a menudo ocultan el problema por vergüenza, lo que fomenta el aislamiento. Esta vergüenza se traduce internamente en culpa: "Si lo hubiéramos manejado mejor, esto no estaría pasando y no tendríamos que avergonzarnos".

Un Mensaje Fundamental.

Es crucial comprender que la familia NO es responsable de la adicción de un ser querido. La adicción es una enfermedad compleja con múltiples factores (genéticos, ambientales, psicológicos).

El camino hacia la recuperación familiar pasa por el reconocimiento de la impotencia ante la enfermedad y la aceptación de que la responsabilidad de la adicción y de la recuperación recae principalmente en la persona que la sufre. Buscar ayuda profesional, tanto para la persona con adicción como para el resto de la familia (a través de terapia individual, familiar o grupos de apoyo), es un paso esencial para reemplazar la culpa paralizante por la responsabilidad activa de sanar y establecer límites saludables.

Un factor muy importante, es el proceso de sanación de la familia en paralelo a su ser querido, pues si como familiar no recibes un buen tratamiento, puedes volver a remover esas emociones cuando estéis en fase de mantenimiento y reinserción.

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